miércoles, 7 de junio de 2017

EL FRANCOTIRADOR

            Ya está. El murmullo se extiende por la bancada y se arranca en aplausos estudiados. Se suceden los apretones de manos y las palmadas en la espalda. Todo ha concluido con satisfacción. Se ha salvado el presupuesto y, por enésima vez, un francotirador de la política se ha salido con la suya. Extorsión autonómica en lugar de interés general. Pero esto es lo que hay y, por mucho que nos duela, somos cómplices de nuestra propia decadencia.

            Ahora asistiremos como quien oye llover al baile de la autocomplacencia. A la danza nupcial de las justificaciones más peregrinas para vender al populacho el engendro parido de mil madres puteras. Pero, ¿acaso importa? ¿Le importa una mierda a los perpetradores que se resienta el equilibrio territorial y las relaciones de confianza entre regiones? ¿Nos importa una mierda las consecuencias del engendro que vamos a sufrir si no somos capaces de salir de nuestra zona de confort imaginario y exigir otras formas, que existen, de gobernar? ¡No! Porque somos unos retrasados mentales.

            Mientras nos van dando por culo decreto tras decreto, no empeñamos en no ver que somos gobernados por una ínfima representación de todos nosotros, si es que somos capaces de representarnos unos a otros, que lo dudo. Una jodida ley electoral que provoca el desequilibrio representativo y la infección mafiosa de unos intereses espurios con los que presentarse ante un electorado mínimo en el conjunto y exiguo en la cohesión. Victorias pírricas de graves consecuencias para el resto. Coge el dinero y corre.

            A veces pienso que todos deberíamos ser mínimos y exigir nuestra parte del pastel presupuestario. ¿O ya somos mínimos pero sin bocado? Entonces, simplemente miserables. Da igual. Llega el verano y el cerebro, escaso de por sí, entrará en el ralentí veraniego quemándose al sol de la estulticia. En septiembre comenzará de nuevo la plañidera quejumbrosa de la cigarra votante. Pero en ese momento, llorarás como simpatizante lo que no supiste defender como elector.

            “La radio y la tele han dado la noticia. Sensacionalismo y gran expectación. Primeras planas en los periódicos. La foto bien grande del animal. Dicen que en la calle cada vez se ven más perros. Y alguien asegura que han comenzado a hablar” (Asfalto. Canción: La Hora de los Perros. Disco: Ahora).

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