lunes, 31 de enero de 2011

LA REPUBLICA INDEPENDIENTE DE MI CALDERA DE GAS

Esta es la historia de una caldera de gas que ya desde su nacimiento empezó a dar muestras de querer llevar una vida independiente y no respetar las reglas de juego reflejadas en el contrato que tenía con su dueño, que soy yo.
Nació esta caldera en el año 2.005, sobre junio. Ya desde entonces empezaron los pequeños problemas, pero como era una recién nacida, los achaqué a su temprana edad y creí que con el tiempo y el funcionamiento habitual se normalizaría. Como la vida útil de las calderas de gas está en unos diez años, la madurez la alcanzan muy jóvenes y la mía, al año, pasó de pronto a la edad madura. Esa edad difícil y llena de decisiones transcendentales, que para mí significó que llegaran los problemas serios. En mi casa no se le exige mucho: que tenga agua caliente para la ducha y calefacción en invierno. Pero todo muy normalito: temperatura ambiental de 21 º C., por lo del efecto invernadero y duchas rápidas, por lo del gasto de agua corriente. Pero con su mayoría de edad decidió que eso sería cuando ella quisiera y no cuando yo se lo demandara. Si decidía ducharme ella decidía bloquearse. Si cuando llegaba el invierno ponía la calefacción ella se mantenía encendida cuando no estaba en casa y se bloqueaba en cuando llegaba a ella. En estos casos me ponía a escuchar música, leer un libro o alguna tarea casera hasta que se apiadaba de mí y me concedía generosamente su gracia en forma de encendido.
 Así hemos estado todos estos años. Dos extraños viviendo en la misma casa haciéndonos la puñeta como un matrimonio mal avenido. Sin embargo nadie me puede tachar de mal amo. He intentado entenderla y he manipulado todas sus piezas en busca de la razón de su malestar. Pero este interés no ha sido correspondido. La verdad es que con esto me podrían convalidar hasta FP3 por la rama de mecánica del gas. Todos los años la ha visitado un técnico para su correcta conservación y funcionamiento. Algunos años hasta dos de empresas distintas. Sin embargo, es muy lista. Era entrar el técnico por la puerta y funcionar sin ningún bloqueo. Algunas veces los técnicos me miraban con cara de extrañeza cuando les comentaba las cosas que pasaban y, como si estuvieran conchabados, me decían que era una caldera muy buena y que no le veían ninguna cosa rara.
Pero este último año ha sido horrible. La arbitrariedad de sus bloqueos y la frecuencia cada vez mayor de los mismos hizo que tomara una decisión drástica: reprogramarla entera con el cambio de piezas necesario para anularle la voluntad. Una guerra total en la que no habría prisioneros. Para ello me puse en contacto con un equipo de supernannys de las calderas para que la metieran en cintura. El primero, nada más que la vio, pareció dar con el problema. Le cambió la pieza en cuestión y a funcionar. ¡Pero que engañado estaba¡ Me dejó confiarme durante unos días y al cuarto volvió a las andadas. Había ganado la primera batalla.
 El segundo de los que lo intentaron se trajo un ayudante para ver si entre los dos la amedrentaban con su mayoría de efectivos. Cambiaron otra pieza y como la primera vez la caldera maldita empezó a funcionar. Ya os imaginaréis que pasó. Tuvieron que volver y reconocer que habían sido superados por la campeona del engaño. Ante esto me dijeron que mandarían al jefe del equipo con medidas drásticas. Este entró de lleno en la batalla y fue al corazón del enemigo. Su diagnostico fue que había nacido con un defecto y que este le había llevado que desarrollara una vida paralela en la que no cabía el orden y la disciplina en el cometido de su deber como caldera. Para ello puso una pieza a mayores de las que la caldera trae por fabricación, como un cerebro nuevo que anulara al averiado y obedeciera las ordenes. Para no quedarse atrás de sus compañeros cambió una pieza de las de serie y con ello dio por concluida su intervención. Cuatro técnicos después y con una operación de cirugía estética en piezas, que he pagado religiosamente, que para sí la quisieran muchas famosas, y que ni siquiera me ha agradecido, dimos por concluida la guerra. Sin embargo, para ella, solamente era una tregua.
Hoy lunes, el último técnico ha tenido que venir otra vez. Nueva pieza y a esperar. Me da la impresión de que mi vida va a ser así de triste hasta el final. Hasta mis amigos que lo saben me dicen que la deje. Una vida de incomprensión entre una caldera y su amo. Sin embargo tengo un plan que no se espera. Si de esta no recapacita y funciona con normalidad llamaré al equipo desguaces y entonces sabrá lo que es cortar por lo sano. En eso si que no me gana nadie.  

DOS REFLEXIONES POR EL PRECIO DE UNA

Hola a todos. Después de un tiempo sin escribir, ahí van unas pequeñas reflexiones sobre un par de noticias publicadas en diferentes medios. Me he prometido a mi mismo que en este año 2.011 no escribiré sobre noticias demasiado pesadas en contenido. No se si lo conseguiré. De momento esto es lo que hay.

Cuestión de estilo: Zamora. He leído en La Opinión de Zamora que existe una corriente crítica contra el nuevo edificio del Teatro Ramos Carrión. Se comenta que es una construcción demasiado grande para el entorno y que afea el “sky line” de la ciudad. No es nuevo todo esto, ya ocurrió con otras construcciones en el casco viejo de la ciudad. Sin ir más lejos el edificio de la Plaza de Antonio del Aguila, frente a la Catedral o la cúpula de la iglesia de La Concepción. Ahora parece ser que a todo el mundo le gusta o por lo menos no le disgusta demasiado. En otro caso, el nuevo puente sobre el río Duero, que se construye aguas abajo para que no afee la panorámica fotográfica de la ciudad junto al mismo río. El problema es respetar dicha crítica cuando han sido aceptados casos como las casas construidas pegadas a la muralla en el antes llamado Portillo de la Traición, al mismo tiempo que se lucha por conseguir despejar la muralla de edificaciones por el lado contrario. Eso si, la Comisión de Patrimonio ordena respetar cuatro piedras en cruz en la Puerta la Feria porque pertenecieron a la muralla. ¿En que quedamos? Sin embargo con todo esto en primera página, nadie se ha dado cuenta de una cosa. En los barrios bajos de Zamora hay un edificio que nunca se hubiera debido construir. El frontón San Atilano. Una mole sin belleza estética alguna y que insertada en un barrio de casas bajas y callejuelas estrechas desentona que da disgusto. Ahora ha sido reparada en su totalidad la cubierta del mismo, se supone que debido a las goteras que presentaba. Pero al estilista de la obra no se le ha ocurrido nada mejor que pintarla de rojo. Pero rojo, rojo. Cuando en días de sol accedes desde la calle San Andrés y la Plaza Santa Eulalia a los Barrios Bajos dicha cubierta te pega una bofetada de color que para si quisiera la regla del anuncio de las compresas evax. Pero me da que los políticos están todavía pensando en a que huelen las nubes. Cosa que me extraña porque normalmente en ellas están.

A la felicidad por el ano (no seáis guarros, que no es lo que estáis pensando). Quede clara una cosa. Mi respeto, en general, por los libros de autoayuda escritos por personas nada sospechosas y que tratan los temas con absoluta seriedad. Aclarado el asunto, la noticia la escuche hace dos semanas en el programa de Buenafuente. Un escritor chino de gran corazón, deseoso de ayudar a los demás, ha escrito un libro que ayuda a las personas a ser más felices a través del ano. Lo habéis leído bien, no es una errata. Nos propone este buen señor que al levantarnos y ante de ir a trabajar hagamos cien contracciones del ano, o para entendernos, del ojete, y así la alegría se nos reflejará en la cara. Un sin dios. No especifica la base científica sobre la que se basa su descubrimiento,  pero teniendo en cuenta que los chinos creen que el cuerno del rinoceronte les ayuda a tener una mayor y longeva virilidad, me da que no es mucha. Sin embargo lo que más me preocupa es lo siguiente: como pueden ser más felices todas aquellas personas que sufren su problema en silencio. En cristiano, que tienen almorranas. Quién no ha tenido alguna vez almorranas. Ese escozor, ese dolor continuo. No poder sentarse si no es en un flotador de los que se utilizan para el baño en la playa. Imaginaros a un buen señor con una almorrana tipo 1º y que al levantarse se proponga ser más feliz y hace las cien contracciones. Cada una de ellas irá acompañada de un alarido de dolor que irá en aumento a medida que suba en el número de las mismas. Puede que al final sea más feliz, pero será porque está inconsciente. A ver quien es el valiente que le dice que si no le funciona el invento del chino. En fin, que puede ser que a ellos si le vaya bien este remedio y por eso siempre están con la sonrisa en la cara. O, a lo mejor, es porque se están escojonando por dentro al ver como otra vez nos la han colado. Eso si, por el ano. Y eso es lo que de verdad les produce placer. No sé, si sois curiosos, probadlo y ya me contaréis.

jueves, 13 de enero de 2011

¿NECESIDAD? O PRIORIDAD

Una vez terminadas las navidades, las familias hacen todo lo posible por subir la tan famosa cuesta de enero de la mejor manera posible. Para ello priorizan los gastos, destinando el dinero que ha sobrado de los fastos navideños a aquellos que resultan más perentorios y necesarios. Y aunque las fiestas parezcan un poco lejanas, viene esto a cuento para explicar lo que el gobierno entiende por priorizar.
Leo en elpais.com que el gobierno y las comunidades autónomas destinarán 2.000 inspectores para el cumplimiento de la famosa ley antitabaco. A esto hay que añadir la labor de las distintas policías y lo más lamentable, la red de colaboracionistas instada por la Facua, la cual ya ha dado como resultado la tramitación de más de 1.000 denuncias. Algo así como lo que ocurría en la República Democrática Alemana. Me da la impresión, subjetiva, que para este organismo los fumadores no son consumidores con los mismos derechos que los demás. Podría haberse preocupado más por una parte de sus representados e intentar equilibrar una ley que derrocha parcialidad y me atrevería a decir que mucha mala baba.
Y aquí viene lo de priorizar. Resulta cuanto menos extraña la rapidez que se han dado las distintas administraciones para destinar personal y medios en el cumplimiento de dicha ley. Contrasta con la antigua petición, reiterada y nunca atendida lo suficiente, de los Inspectores de Hacienda de un incremento en las plantillas con el objetivo de luchar contra el fraude fiscal y la economía sumergida de manera más eficaz. Un fraude fiscal actual del 20%, lo que supone unos 70.000 millones de euros y una economía sumergida que en estos momentos llega al 25% del PIB. Resalta un informe de La Caixa, que el dinero en circulación creció “solo” un 10,1% en el año 2.006, un 40% más que la economía en términos reales (con inflación). Se calcula que en España circulan más de 113 millones de billetes de 500 euros. Yo no tengo ninguno, lo juro. Además la lucha contra la economía sumergida no sólo tiene connotaciones económicas, ya que, además, tiene implicaciones sociales. Situaciones de abuso laboral, en ocasiones llegando a la explotación, se esconden en muchas ocasiones detrás de este problema.
Desde mi modesto punto de vista es este uno de los verdaderos problemas que tiene este país y no la cruzada antitabaco desatada con tal virulencia y oropel que parece más un tema a tratar en programas del tipo Sálvame o Enemigos Íntimos. El rescate de la economía griega le ha costado a Europa aproximadamente 60.000 millones de euros. Si nosotros consiguiéramos recuperar el fraude fiscal existente en nuestro país, hubiéramos podido rescatar a Grecia solitos, sin ayuda de nadie. O dicho de otro modo no estaríamos en esta situación económicamente tan precaria y por lo tanto no estaríamos en el punto de mira de los especuladores financieros.
En fin, esto es solo una opinión y cada cual tendrá la suya. Pero si me tienen que rescatar económicamente desde Europa, habrá que afrontarlo con chulería española. Me estaré fumando un pitillo con un vino de Toro y una tapa en cualquier terraza. Puro estilo de vida mediterráneo. Y si no me tiene que rescatar Europa, al final me rescatará el 112 de la pulmonía que habré pillado.
Un saludo.      

martes, 11 de enero de 2011

CUENTO DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO

Día 2 de enero, primer día del año triunfal. Sobre las dos de la tarde entro en el bar de costumbre a tomarme una cerveza. Como es habitual la edad media de la parroquia ronda los 70 años. Todos ellos muy endomingados y con un reflejo en la cara extraño que me desasosiega, me da escalofrios. Se toman su consumición y con ella las tapas expuestas a la clientela. Hay que decir que las tapas de este bar no son precisamente de dieta: jeta, calamares, gamba rebozada, morro, callos, etc. Piden platos llenos y comen como si se fuera a acabar el mundo. O como cuando están en el buffet libre de los hoteles a los que van en los viajes del Inserso. Los niveles de colesterol suben y suben, las tensiones arteriales se descompensan y alcanzan picos como la Bolsa, las probabilidades de infarto crecen como los beneficios de los bancos. Pero nada de esto importa, hoy todos estamos sanos por decreto porque ya que no flota humo en el ambiente, ya no se puede fumar.
Ahora entiendo su brillo en la cara y sus torvas miradas. Se suceden las conversaciones sobre lo bien que se está sin humo en el bar y los más lanzados proclaman a los cuatro vientos que ya era hora que los fumadores fueran echados a la puta calle. Hay un grupo de gente a la que no conozco. Pregunto con cautela y  un camuflado como yo me comenta que son personas que nunca van a los bares, pero que ahora van de uno a otro, como saltimbanquis, pregonado la gran victoria conseguida y alzando los brazos en señal de triunfo. Revanchistas, que como en el 39, se han convertido en una especie de cuerpo cívico-policial con la misión de elaborar listas de fumadores irredentos y de dueños de bar colaboracionistas con el fumador, para entregarselas a las autoridades y que ejecuten su justicia politico-divina. No se si serán del ejercito de la Facua.
Me voy a otro bar y lo mismo, en otro lo mismo y llego a alucinar pensando que, aunque no tenga un cigarro en la mano, saben que fumo y todos me miran con cara de desagrado diciendome: vete a tu casa, solo eres un marginal, un drogadicto que afea nuestra sana y querida sociedad. Estoy tan atemorizado que necesito echar otro trago. Entro en un bar y están todas las mesas ocupadas. Matrimonios jóvenes con niños, muchos, pero que muchos niños.
Ahora los bares son como su guardería privada, pero casi gratis (un café). Saltan, te gritan al oido, arrastran las sillas y las mesas sin que sus padres les digan nada. Parece que con el humo del bar a ellos se les ha ido la educación de sus hijos. Me pido un gran vaso de dyc, pero no es suficiente, pido otro y otro. Parece ser que el estar bebiendo de más en un bar no es un mal ejemplo para sus niños sino un acto social aceptado. Salgo dando tumbos con todos los níños y padres mirandome. En un último gesto de dignidad me giro y les digo: "Me podré ir borracho, pero no he fumado ni un pitillo".
En ese momento todos los allí presentes estallaron en un gran aplauso y sus miradas rebosaban alegría. Me hicieron un hueco entre ellos y llegaron a ponerme de ejemplo a sus hijos, porque aunque me había hecho trizas el hígado el pulmon había resistido. Incluso una enfervorizada madre propuso que se levantara acta del suceso tan extraordinario al que habían asistido para enviársela al gobierno y que tuviera constancia de lo efectiva que era la ley antitabaco. Me disculpé como pude y salí corriendo a coger el coche. Llegué a casa y busqué en google el discurso del dictador Franco el 18 de julio del 39 con el que daba por terminada la asesina guerra civil que el mismo provocó. Cambié algunas palabras y me eché a temblar....Cautivo y desarmado el ejercito fumador.... 

Dedicado a Oliva, para que se le pase el cabreo.