jueves, 20 de diciembre de 2018

CREO QUE EL QUICIO ESTÁ HASTA LOS COJONES

            No, no se debe hacer. Definir la posición se realiza rápido y de forma simple y directa. La empatía, para quién no es un completo cretino, hace el resto. No hay porqué darle tantas vueltas de tuerca en una espiral de información, réplica, y contrainformación, contraréplica. Vuelan los mandobles de un lado a otro del ring informativo. Aislado lo realmente importante, nada queda, salvo la mierda ventilada por las hordas fundamentalistas arrimando el dolor ajeno a su mochila. No, no se debe hacer. Hace daño.

            Por eso esto se queda aquí. La obsesión por marcar géneros como vacas no es buena y, además, te puede hacer fallar, puede que no ahora pero, seguramente, fallarás. La verborrea sistémica y parcial es lo que tiene. Dejemos que las cosas se ajusten y respetemos lo esencial. Nadie, ni tú, Cristina, puede erigirse en juez y parte de un problema que va más allá de la exigible igualdad. No otorgues de forma omnímoda problemas disparando al pianista. El que me puedas conferir según tu escaleta ética nunca llevará mi nombre, así que no vomites utilizándolo. El bando es el mismo, no te equivoques.