lunes, 31 de marzo de 2014

TRISTEZA SECA

       Ya están las pateras descansando sus sueños rotos. De nuevo vuelven a naufragar las esperanzas entre alambre de espino clandestino y mortal. Una vez más la criminal mandolina toca otra vez a muerto entre acordes de disparos de occidental advertencia. Tristeza seca que apergamina la piel en el laberinto de un viaje que parece que nunca tendrá fin. 
  
             Jirones de carne seca colgados como trofeos que cercenan, no ya cuerpos, sino espíritus en busca de la salvación. Revelaremos a la luz las sombras que nos acechan y descubriremos toda su podredumbre y miseria. Aquella que ensucia y enfanga nuestro destino, por cobardes, vuestro destino, por valientes, y todos los destinos de quienes se aventuran a exponer la verdad de su condición de expulsados.

        Solamente volverán a saltar sobre el agua las piedras lisas de cualquier niñez. Tiempo desprovisto de todo paso del tiempo que lo sustenta y que lavará la mancha de la muerte absurda. Bucearemos en la memoria de los criminales para que nunca olviden y renieguen de sus actos.

             Ya llegará vuestra primavera, que es la nuestra, y saldremos juntos a la calle con claveles de acusación. Sus muros de papel timbrado caerán con el estruendo sordo de su derrota y sus absurdos requisitos, impresos con la tinta de la exclusión y la soberbia de su élite corrompida, servirán para empapelar el horizonte de su condena.

lunes, 24 de marzo de 2014

LA INVOLUCIÓN DEL SIMIO

           Poco a poco vamos asistiendo al espectáculo grosero de como los Cuerpos de Seguridad del Estado se van convirtiendo en seguratas privados de un gobierno anclado en los mecanismos propios de las grandes dictaduras. Subvirtiendo el principio por el cual deben proteger la vida humana y sus haciendas, han evolucionado hacia el servilismo más secuaz y su único objetivo es convertir en hechos los mandatos criminales de sus amos.

            Desde la Roma Imperial, en la cual a cada paso que daba el César en dirección opuesta a su pueblo aumentado su poder en detrimento de la democracia republicana, incrementaba su cada vez más numerosa Guardia Pretoriana por mor de su seguridad, así en este país está ocurriendo un tanto de lo mismo. Este gobierno compuesto de reyezuelos de condición miserable se ampara en leyes promulgadas por ellos mismos para criminalizar a la ciudadanía que protesta y, desde su abyecta perspectiva, arremeter sin ningún rubor democrático contra los que se indignan por sus viles acciones.

            Esto ha sido así en todas y cada una de las tristes dictaduras que han poblado a lo largo de la historia este planeta. Policías y ejércitos hechos a la medida de la represión interior contra sus ciudadanos. Aderezado, eso sí, con los medios de comunicación serviles y esclavos a su condición de voceros del gobierno de turno que los amamanta con la calderilla que permite su supervivencia. Una supervivencia, dicho sea de paso, fuera de toda deontología profesional. (Ver portada de la (sin)Razón.

            Las agresiones arbitrarias, las amenazas a punta de fusil, la prepotencia de los que se sienten amparados por sus superiores y por los tribunales, conforman un mosaico de imágenes difíciles de digerir. Hace falta saber si cuando esto cambie, si es que cambia algún día, se pedirán responsabilidades a quienes demostraron tanto celo en golpear a ciudadanos indefensos. Y no valdrá la obediencia debida, recurso de los cobardes.

            Como si se tratara de una línea de evolución que se separa de la general de la especie, estos energúmenos de porra y metralleta en mano han ido involucionando para volver a convertirse en simios cazadores y recolectores de allá por el hábilis o erectus. El problema es que ahora cazan ciudadanos indefensos tratados como terroristas en su manual de mamporreros. Por cierto, ¿quién o quiénes hacen los sicotécnicos a estos macarras con casco cuando se presentan a la oposición? ¿Una hiena?
 
            Ha habido, hay y habrá dictaduras de derechas y de izquierdas, pero en el momento actual este país está inmerso en una especie de dictadura democrática. Aquella que sustenta a un gobierno basado en la intolerancia de unos votos excluyentes, elitistas y fariseos.

lunes, 10 de marzo de 2014

50%EPITAPH

            He ido suturando las heridas del olvido con el hilo de un tiempo desgastado. A duras penas contengo los recuerdos que afortunadamente fueron o que simplemente quisieron recordarme. He ido muriendo sucesivo en ignoradas celebraciones anuales más veces de las que yo hubiera concedido. Ahora una más no importa, estoy vencido, pues las libaciones que me quedan son escasas, como escasas son las hojas en el calendario de un camino que se cesa.

            Un rumor sordo a tiempo convenido me invade desde la profunda garganta de un abismo que se antoja duro e insondable. Voy apaciguando mi sangre aleatoria con tu deseo apenas camuflado y como la pimienta sorda en nuestra boca, que irrita hasta que anestesia, así los sentimientos han sido desprovistos de todo su peligro.

            Abrigo perfumes nuevos en la incesante escalera que me arrastra hasta tu sombra. Profundizo en lejanas letanías de porvenires futuros y me enredo como la hiedra en tu cuerpo simulando el alambre de espino fronterizo. Transfieres tu sangre hacia mis venas en criogénicos espasmos de sucesos compartidos y así de rítmicos nos volvemos cuando el fragor termina con la fuerza del hechizo.

            Ya no me queda ni media vida, pero si su porcentaje a doble paso. Giraremos más rápido, como Venus, pues en esta Tierra todo va acabando.
      
            Ahora ya soy más, pues tu cuerpo cubre los bocados que me han dado.

lunes, 3 de marzo de 2014

BREVE ACONTECER DE SOLLOZO Y LAGRIMA

                     Se me han ido vaciando de voluntad todos los intentos. Procuro recoger tiempo de ese mar de tiempo aparentemente infinito que se supone que es la vida. Acompasarme en agigantados trechos, procurar que no se me enreden las notas y los pasos que me cantan, que me bailan en su exigente demanda. 

              Jirones de quehaceres que se desgajan al mínimo roce de cruda realidad, que se solapan y empapan de esa dulce y tramposa melaza de la desgana. Voy abandonando poco a poco, aunque, a veces, huyo de forma intempestiva en una complementaria dualidad, acaso irracional, de huídas sucesivas. 

             ¿Y qué hacer cuando las miradas ya son otras? Incrédulo asisto al espectáculo del ocaso. A la belleza decadente de cuanto fuimos.

            Ahora ya descanso y no se me colorean de rojo las mañanas.