martes, 13 de junio de 2017

- ¿LA SINTAXIS? - SOBREVALORADA. YO HE LLEGADO A PRESIDENTE.

        Las ocho de la tarde y, todavía, más de treinta grados a la sombra. Observando el abrasado horizonte de sucesos ya faltará poco para que esta tierra se convierta en un puñetero desierto de ideas. Esa falta de ideas que hoy debate en ese agujero negro democrático en el que se ha convertido el Parlamento a golpe de decreto. Tantos años, más que de dictadura, para tener la sensación de que si no supimos salir de donde se tomaron tantas decisiones criminales para el pueblo, es lógico que vivamos acolchados de tics sobrevivientes de aquellos años. Es lo que tiene aposentar el culo en los mismos bancos.

            Ni una mísera tormenta que se lleve por delante a tanto imbécil partitocrático. Perora el plasmado presidente que el otro no es de fiar. ¡Cómo si él lo fuera! Alguien con más amigos en la trena de los que puede contar. Una nueva marianada para la posteridad que vuelve a cortocircuitar la inteligencia global como concepto: “Cuanto peor, mejor para todos. Y cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo. Beneficio político”. Demostración palpable de que el cerebro del presidente del gobierno sufre la llamada “burbuja sináptica”. Y lo jodido de todo es que esta es la altura intelectual y dialéctica que puede mostrar nuestro presidente de gobierno. Y lo jodido es que nadie espera algo más de nuestro presidente de gobierno. Y lo jodido es que parece no importarnos.

            No saldrá adelante la moción de censura, pero, ¡qué más da! Lo importante es comenzar a vislumbrar algo de movimiento opositor en parte de la bancada progresista. Hacer que los posicionamientos verdaderos se pongan sobre la mesa y todos se retraten con su verdadera faz. La faz de los perros de la guerra de la derecha ya la conocemos: amargada, violenta, insultante, opresiva, intolerante, vejatoria…Hernandos y Maillos, títeres de cachiporra clasista manejados por chantajistas minoritarios a los que les importa una mierda el resultado si hay dividendos autonómicos.

            Cuando se tarda minuto y medio en enumerar los casos de corrupción del partido en el gobierno, este debería ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Cuando la preocupación principal de los ciudadanos es la corrupción, se debería reflejar en las urnas. Pero cuando esto no ocurre, solamente cabe preguntarse que clase de chusma somos en realidad y si realmente merecemos algo mejor. No parece existir el I+D en nuestra realidad más cercana. Parece ser que nadie pilota nuestro cerebro.

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