jueves, 24 de noviembre de 2016

LAS LÁGRIMAS DE COCODRILO SON AZULES

            Que yo sepa a nadie se le pone una pistola en la sien para obligarle a ejercer la política en cualquier de sus manifestaciones administrativas o a ocupar un alto cargo. Aunque haya multitud de razones por las cuales una persona cualquiera entre en la vorágine política o pública, podríamos resumirlas en tres: quienes entienden la política como servicio al resto de ciudadanos, quienes ven en ella la oportunidad de medrar y conseguir lo que por sus por sus propios méritos serian incapaces, por ineptos, y quienes, ya en lo alto de la estructura social y económica, ven en lo público la coyuntura propicia para consolidar sus privilegios cuando no para incrementarlos. Pero, repito, nadie está obligado y a nadie se le obliga, es una decisión propia.

            Partiendo de esta premisa, su exposición, la de los políticos, a los medios y a la opinión general crea una fiscalización de sus actos que va incardinada con su cargo. Sería inconcebible en una democracia pensar que la actividad de los cargos públicos en general estuviera dispensada de la crítica, de la opinión o del veredicto del resto de los ciudadanos, a los cuales, por otra parte, se les sustrae la mayoría de las veces la totalidad de la información a la que tienen derecho o se les suministra de forma sesgada o parcial. Por tanto, y así de claro, si algún político o cargo público no soporta la presión social o de los medios debería abandonar ese espacio, pero, de lo contrario, debe asumir las consecuencias de su notoriedad, aunque en algunos casos sean injustas.

            La muerte de la senadora del PP, Rita Barberá, ha puesto de manifiesto toda la hipocresía y el cinismo de una casta política, aún más entre sus propios compañeros de partido, que, en estas circunstancias, esputa hacia los otros parte de la culpa de su muerte. Compañeros de partido que, curiosamente, ya que hablan de humanidad y respeto, fueron marginándola públicamente con la misma velocidad con la que los jueces iban imputándola en múltiples tramas de corrupción en la Comunidad Valenciana, algunas de las cuales enlazaban con la financiación ilegal del PP, o sea, que les podía salpicar. Es este un fariseísmo de cloaca que ya se está convirtiendo en marca de la casa del PP, un partido podrido en su estructura que intenta desviar la atención de lo judicial y centrarla en la parte privada de la persona, invocando para ello el olvido, lo pasado, pasado está o agua que pasa no mueve molino. Parece que la muerte nos hace menos malos.

            Desviar la atención, con la ayuda de los mamporreros afines, poniendo en la diana pública la negativa de UP al homenaje público de la señora Barberá en el Congreso, cargando las tintas sobre la ausencia de los integrantes de esa formación política de sus escaños. La memoria es frágil entre las huestes del PP cuando les conviene, como en este caso, usado de cara a la opinión pública para demostrar al beaterio campante su fariseo remordimiento, cuando, hace unos años, con la muerte del diputado Labordeta, la mesa del Congreso se negó a lo mismo que ellos han impuesto, con la excusa de que nunca se había hecho. O todos o ninguno, pero parece ser que hasta en la muerte de un político para el PP, PSOE, C’s, etc, existen clases.

            Esta hipocresía de tanatorio ha llevado a la señora Villalobos, diputada del mismo partido que la finada y aburrida jugadora del Candy Crush en horas de trabajo que todos pagamos, ha declarar: “la habéis condenado a muerte” dirigiéndose a los medios y a las redes sociales. Une, torticeramente, la presión mediática por las constantes imputaciones judiciales de la señora Barberá con su escenario estrictamente privado, como si el ejercicio de la actividad política llevara aparejada una Secon Life política con un avatar al que cargar las posibles culpas y su crítica, sin que, en ningún caso pudiera extrapolarse aquel hecho al ámbito privado. Señora Villalobos, eso, por si no lo sabe, es imposible, y se paga con la vida privada el hecho de haber aceptado poner parte de ella en el espacio público.

            Señora Villalobos, presión es esto: los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), arrojan que un 11% de los núcleos familiares, compuestos por más de cinco millones de personas, son incapaces de calentarse en los meses más fríos, y un 9,4% tiene retrasos en los pagos de facturas. Además la Cruz Roja atendió el pasado año 16.887 hogares para ayudarles en el pago de casi 30.000 facturas de luz, gas y agua a los que esta organización destinó 4,3 millones de euros y, según la ACA, esto podría estar detrás de las más de 7.200 muertes prematuras al año, muchas más que las provocadas por accidentes de tráfico (Fuente: EFE).

            En fin, y para terminar, y sin querer hacer similitudes más allá del propio argumento, pertenecer a La Familia es lo que trae. Don Vito era un varón temeroso de Dios y católico practicante relacionado con las altas esferas eclesiales, pero no nos detenemos en lo gran persona que pudiera ser en su vida privada sino en su más que reprobable e imputable, por decirlo de alguna forma, vida pública.

          Más allá de su relación personal con la señora Barberá, lo que respeto, no manipule las causas de su muerte, se le nota demasiado y sus lágrimas de cocodrilo se tiñen de azul. 

lunes, 7 de noviembre de 2016

EL ALCALDE CARBAJALINO Y LAS FLECHAS DEL AMOR

              Ya he apuntado en alguna que otra ocasión que la tan cacareada Transición española no fue más que una gran alfombra en la cual se escondieron las vergüenzas del pasado más inmediato, la dictadura franquista, sin que ninguno de aquellos de los que participaron en ella, la iniciaron, la desarrollaron, la mantuvieron, la utilizaron: abuelos, padres, hijos, nietos, fueran juzgados y pagaran por ello. Al contrario, los políticos y las clases dirigentes económicas fascistas, se dieron, gracias a la Transición, una patina de democracia que les sirvió, con la anuencia del resto de partidos surgidos de la clandestinidad, para proseguir su camino, ahora en democracia, sin rebajar ni un ápice su estatus y su poder.

            Aquel vodevil barato, sirvió, además, para que las ¿ideas? autoritarias y fascistas pervivieran en muchos estratos sociales a la vista de que en ningún momento se hizo ademán de prohibir o castigar la publicidad o el enaltecimiento de un régimen fascista, al contrario de lo que pasó y pasa con la banda terrorista ETA. Esta desviación de la legalidad llega hasta nuestros días sin que cuarenta años de democracia hayan servido para corregir aquel error, asistiendo de continuo a esperpentos como la celebración, casi en penumbra, pero siempre conocida, de la celebración de la muerte del dictador y demás absurdos como ese restaurador gastronómico cuyo restaurante se ha convertido en un altar del franquismo rancio, ¿puede haber otro?, a la vista de cualquier ciudadano, con la adhesión de muchos retrasados mentales y el consentimiento de quienes deberían hacer cumplir la ley y, sin embargo, hacen mutis por el foro en cuanto este tipo de casos salen a la luz.

            Pues bien, en esta provincia, aldea irredenta que no ha entendido todavía que nada ni nadie la quiere conquistar ya, aburridos como están ante la pócima de vetusta soledad y añejo elixir de valores decimonónicos en la que sobrevive, existe un pueblo vespertino, Carbajales de Alba, cuyos dirigentes políticos han encarnado de forma singular todo lo dicho hasta ahora. El alcalde, perteneciente a la formación política de Ciudadanos, se ha negado a quitar los símbolos franquistas del yugo y las flechas de un edificio de la localidad con la excusa de “antes hay que estudiar si es un símbolo de represión”. ¿Ignorancia personal o mofa? En cualquier caso, un atentado a la Ley de Memoria Histórica, ley que parece desconocer dicho sujeto o que, más factible, se la trae al pairo. Votaron a favor dos ediles del mismo partido y un concejal, ¡cómo no!, del Partido Popular, el cual, además, amenazó con traer de su casa dos retratos de Franco y Primo de Rivera para colocarlos en su despacho de Teniente de Alcalde. ¿No es esto apología del fascismo? ¿No deberían actuar de oficio los jueces, tan diligentes otras veces (caso de los titiriteros) para que se respete la legalidad? ¿O es que hay grados y privilegios según sean las apologías terroristas?

            En Alemania, país con un pasado todavía más terrorífico que el nuestro, existe una ley que prohíbe la exhibición de símbolos nazis y castiga con penas de hasta tres años de cárcel la negación del holocausto y la apología fascista, pero en España parece ser que existe barra libre para este tipo de actos. La Ley de la Memoria Histórica, que pretende reparar en parte tal laguna, se incumple de forma reiterada por parte de quienes están obligados a hacerla cumplir y, como en el caso del alcalde de Carbajales de Alba, se obvia de forma torticera. Parece ser que, en este país, a algunos sujetos, y partidos, y colectivos sociales, y élites económicas, les toca más de cerca de lo que se supusiera, en un principio, al promulgarla. Y no me estoy refiriendo a los familiares de los muertos…

            Señor alcalde de Carbajales de Alba, no me sirve el razonamiento de que los vecinos de su pueblo tienen problemas de los que ocuparse más importantes que este, esa razón está intoxicada por una lógica generalista de la que se han apropiado quienes han deseado siempre que no se removiera el pasado, una razón utilizada comúnmente como ardid para desviar la atención de lo inmediato y que, casi siempre, deja en el olvido lo que sucede realmente.

martes, 1 de noviembre de 2016

SIN PRELAVADO, A MANO Y PLANCHAR A 180º

Inexplicable PSOE:

            Pues resulta que sí, que habéis normalizado España. Teniendo en cuenta que en el resto del mundo estamos clasificados como un país demasiado corrupto, y que el Partido Popular, en el poder durante los últimos cinco años, ha llevado la corrupción hasta cotas nunca vistas hasta ahora, pues sí, en realidad habéis normalizado la corrupción como forma de gobierno al facilitar la investidura del señor Rajoy convirtiéndoos, de paso, en cómplices necesarios para tal fraude electoral y convirtiéndonos a nosotros, los ciudadanos de a pie, en víctimas y sujetos pasivos de esta maniobra tan falta de ética como de actuación democrática.

            Y yo pregunto: ¿cómo se siente uno pasando de luchar, ¡cuidado, como partido en general!, contra la dictadura franquista a dar golpes de estado en el mismo para instalar el autoritarismo interesado, justificado con la falacia de la democracia interna? Resulta curioso cómo, invocando a la tan manida representatividad, habéis actuado de espaldas a vuestros militantes y votantes, como si esa representatividad fuera un cheque en blanco con el cual poder luego hacer lo que a uno, políticamente, le dé la gana. La representatividad solamente tiene valor cuando se ejecuta en función del mandato del representado y en función de la orientación con la que lo ha delegado, pero nunca en su contra, ya que, en este último caso, sería traicionar la confianza puesta en el cargo público por el representado. Vosotros os lo habéis pasado por el forro de vuestra caradura y, de espaldas a la opinión de la base de vuestro partido, actuáis de forma inequívocamente mafiosa como resultado del lobby en el que se ha convertido vuestra estructura interna.

            Una Nomenclatura instalada en las cloacas del Estado, en el poder de vivir en el poder. Resulta chocante, cuanto menos, haber oído a la Gesta…, perdón, Gestora, invocar el mandato de la misma sobre la abstención en la sesión de investidura y apelar a la disciplina de grupo como procedimiento, componentes de la misma que no siguieron las mismas pautas cuando el Secretario del partido señaló la posición de votar no. En este último caso hicisteis caso omiso y disteis un golpe de partido para, parece ser que con la anuencia u orden de los poderes fácticos económicos, cambiar el sentido del voto. Siervos políticos por unas migajas, aunque supongo que sabréis que Roma no paga a traidores, ni la militancia y vuestros simpatizantes olvidan. Simplemente sois herederos de la podedumbre sociolista de los años noventa apostada en los grupos de presión mediáticos con el fin de atar los cabos sueltos del verdadero socialismo.

            Cuestión esta de la heredad que me produce sonrojo. Cuando se apela a la misma en el Congreso en pos de ¿dignificar? la posición tomada, en respuesta al discurso del portavoz de ERC, se os olvida que si el PSOE tiene sangre derramada en su lucha por la libertad, esa sangre la derramaron los que sufrieron la dictadura, el exilio, las represalias cotidianas durante cuarenta años…, pero que quedaron en el camino y en el olvido, en definitiva, en la cuneta política del Congreso de Suresnes, primer golpe de partido en el socialismo moderno. Vosotros no sois herederos de nada, si acaso, como ya he dicho, de la mentira felipista noventera, la cual aplaudís hasta con las orejas como borregos a la vista del prado verde. En cualquier caso, le lanzo una pregunta al portavoz socialista: ¿si vosotros creéis ser los herederos de ese socialismo de verdad, no son los actuales dirigentes del PP los herederos de una dictadura que golpeó España durante cuarenta años? Recordad que el PP lo fundó un ministro de Franco. Otra pregunta: ¿en ese caso, con vuestra abstención, no habréis consumado el hecho de colocar en el poder a los herederos de quienes hicieron derramar la sangre socialista de la que tanto presumís? Responderlas si podéis.

            Con vuestro acto de deslealtad a la izquierda solamente habéis conseguido normalizar, no el Estado, sino la más abyecta corrupción, votando la investidura de un partido político, el PP, trufado hasta la médula de corruptos, como así se encargan de hacérnoslo ver los jueces de este país, un día sí y otro también, con sus imputaciones masivas de dirigentes populares. Habéis dado certificado de legalidad a una forma de entender la política más propia de repúblicas bananeras que no de estados consolidados, convirtiendo la democracia española en una democracia barata, de saldo, desprovista de todos los atributos que definen dicha forma de gobierno, la que, en definitiva, puede encontrar cualquier régimen corrupto y autoritario en el mercadillo político con el objetivo de presentarse en el foro público con patina de autenticidad democrática.

            No se puede entender esta postura de traición al propio ideario político en función de una estabilidad que resultará efímera a poco que, yo lo dudo, ejerzáis vuestra labor de oposición como primer partido de la misma, salvo que también traicionéis este aspecto político y sigáis votando alineados con el PP. Porque, en cualquier otro caso, lo que se espera de vosotros en que votéis en contra de cualquier otro ajuste económico con cargo a los ciudadanos, en contra de cualquier otra maniobra de vaciado de la educación pública, en contra la privatización de la sanidad pública, en contra de cualquier otra maniobra de expolio de las pensiones y su privatización… En estos casos no habrá estabilidad ninguna al no salir adelante las propuestas de gobierno y enquistarse la actividad parlamentaria, lo que significaría el adelanto de la elecciones, ¡Ay, la bicha! Tendréis que elegir: estabilidad tramposa o adelanto electoral.    

            En fin, solamente os puedo reconocer un logro: definitivamente le habéis puesto cara al Judas de la mitología católica, cosa que os agradecerán las huestes eclesiales, y, por supuesto, todos los imagineros del orbe.