lunes, 1 de agosto de 2016

INVOLUCIONANDO AL HOMO: DE SAPIENS A PIKACHU

         Es incontestable que la evolución humana, desde el mítico australopiteco hasta el homo sapiens actual, nos ha llevado a un mundo tecnológicamente avanzado que, sin embargo, esconde el artificio quimérico del mundo reglado por máquinas a nuestro servicio que nos darán el tiempo necesario para un ocio infinito. Observar que no digo “inteligentemente infinito”, lo cual sería el objetivo, sino que, por lo que se va intuyendo, será el ocio de la última evolución de la raza humana: el homo cretino. Mientras que el ebook, que vendría a revolucionar la lectura y su uso al estar al alcance de cualquiera, con lo cual ya no habría excusa para no leer, se debate entre que sí y que no sin desbancar al libro tradicional, aparecen cada vez más juegos que exploran el lado más estúpido del hombre y de la mujer.

Ahora, parece ser, es el juego virtual llamado pokemon go, que por lo visto no es más que la versión moderna de ir a cazar gamusinos aunque sin collejas, por mucho que tanto incauto y descerebrado se las merezca. Claro que mientras cazan seres virtuales no están delinquiendo, como diría el otro, ni, sobre todo, reflexionando sobre política, su papel en la sociedad, etc, que los convertiría a ojos del poder en seres peligrosos para el establishment. Mejor que estén entretenidos en la nada que para cuando quieran reaccionar la nada tendrán, pero gozarán de una granja llena de animalicos con nombres en grafía nipona y aspecto imposible que llenarán sus vidas ocupando el hueco que un día pudieron ocupar sus neuronas.

Dicen los físicos teóricos que el universo se expande infinitamente y que esa expansión traerá el fin del mismo, pero que no pueden establecer todavía unas causas que lo expliquen. Me atrevo a proponerles una: la expansión del universo no es un movimiento expansivo aleatorio, una dilatación arbitraria, sino que es, en realidad, la huida razonada de toda expresión de inteligencia alienígena que se aparta lo más posible de nuestro mundo sin querer establecer contacto alguno no siendo que sean abducidos por el lado tonto de la fuerza terráquea. O que a cualquier retrasado mental le dé por cazarlos como si fueran pokemon provocando un conflicto interplanetario de consecuencias catastróficas.

Otra explicación sería la materia oscura, de la que está formado casi en su totalidad el universo y que interviene de forma ostensible en la expansión del mismo. Como esos productos que venden en las tiendas de bricolaje para reparar juntas y que, una vez introducidos en las mismas, se expanden hasta chocar contra el material constructivo rellenándola de facto, pero teniendo en cuenta que hay que poner la cantidad justa ya que, en caso contrario, empujaría al resto de los materiales desequilibrándolo, pues en este caso, los añejos flashmob, los actuales caza pokemon, el tatuaje al sol, etc, forman la materia oscura y absurda de nuestro universo y hemos echado tanta tontuna a la grieta que el universo huye de nosotros como alma que lleva el diablo.

Estaría bien que la caza del pokemon fuera bidireccional y al mismo tiempo que un desahogado de esos atrapa un bicho, este también atrapara al cazador, descargando a este mundo de tanto tonto profundo. Resulta curioso recordar como antiguamente al que iba hablando solo por la calle, conversando con el infinito, o, simplemente, vivía en su mundo, se le llamaba loco, pero ahora tenemos que aceptar que hordas majaderas jueguen a que su teléfono es un rifle y disparen al aire entre aspavientos de montería urbana y les llamen cuerdos. Incluso que provoquen atascos por su atolondramiento, reyertas por su estolidez y se pongan en peligro por su disparatado deambular. Otro dato: los deportistas olímpicos se quejan de que en villa olímpica no se pueden cazar pokemon. ¡Venga, campeones, a ver si sois capaces de atrapar un libro! ¡Vosotros podéis!

          En fin, que estoy seguro que, por cosas como estas, para los alienígenas inteligentes de esos mundos espaciales el planeta Tierra, y sus erráticos habitantes, no es más que el gran estudio de grabación del Canal Cómico de la Radio y Televisión Interestelar. Resintonice su televisor en la frecuencia adecuada.

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