Como
si se tratara de la versión privada del director de “Un día en las carreras”,
película de los Hermanos Marx para quienes creen que el cine comenzó con
Tiburón, nuestro Gila particular de la política española, Mariano “Trotón”
Rajoy, a la sazón presidente en funciones de esta España mía, de esta España
nuestra (¿qué pasa?, me ha dado por Cecilia), nos ofrece la posibilidad de una
carrera más el día 25 de diciembre, día de Navidad. Parece ser que, sin
habernos dado cuenta, estamos todos dentro del camarote y el absurdo humor
patrio nos succiona como sifón de alcantarilla buscando su desagüe político, todo
ello sin menoscabo de la pura y puta realidad a la que nos enfrentamos: la
burla constante y, sobre todo, sonante, nuestro dinero nos cuesta cada
elección, de un partido político, el PP, y sus dirigentes, para los cuales el
futuro del país es como una caja de bombones y, puestos a correr, no paran
nunca de joder.
Desde
luego podría considerarse una jugada maestra de los tahúres electorales del PP:
“facilítame el gobierno del estado ahora que sino mando a mis huestes a votar
de nuevo el día en que, llenas de júbilo celestial, acudirán en masa como un
solo ejército y, apoyadas por el General D’Hont, arrasaré cual Jinete
Apocalíptico. Luego, será otro cantar, ya la Interprofesional Mágica, o sea, los Tres Reyes Magos de Occidente: Mercados,
Bancos y Troika os traerán carbón, polaco, que es más barato, pero eso que me
importa si fui yo quien les abrió la puerta en mi primera legislatura”. Sin
embargo, ¡qué curioso!, la culpa es del líder del PSOE, Pedro Sánchez, que no
le hace presidente al notas.
El
mismo día en que se presentó la fecha de investidura y se hicieron los cálculos
sobre unas posibles terceras elecciones, los autómatas del PP corrieron a
señalar que, llegados a ese caso, elecciones el 25 de diciembre, la culpa la tendría
el dirigente socialista. En concreto el señor Albiol retó al señor Sánchez a ver
si tenía dos cojones para dejar a los españoles sin Navidad. Está claro que
acabada la linde el burro se para pero el tonto sigue: meritocracia interna del
PP. Así que podemos asistir a la definitiva pirueta de la democracia española:
aglutinar en un solo acto la fe y el voto. ¡Y luego nos cabreamos porque aquí,
en Zamora, quisieron meter a la Virgen en la Casa Consistorial! Si es que sois
unos aprendices: lo que hay que hacer en meter la urna en la iglesia. ¡¡¡Rajoy
presidente y cardenal primado de España ya!!!
Mucho
me temo, que con la euforia, si llegamos a diciembre, algún irredento pretenda
introducir en la urna el catecismo, que en alguna mesa electoral las urnas
estén cerradas con rosarios o que algún votante ultracatólico, antes de votar,
rece: “Señor mío de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te
doy mi…voto”, aunque algo puede tener de positivo: como Nochebuena es jornada
de reflexión el Rey, en su mensaje al pueblo español, solamente nos podrá
hablar del tiempo y, es un ejemplo, de cómo las alcachofas hay que
introducirlas en agua con limón para que no se ennegrezcan. Teniendo en cuenta
que da para poco todo esto el mensaje se hará corto.
Así que habrá que estar
preparado porque puede que este año, si nadie lo remedia, ¿dónde está la
izquierda?, nos metan los polvorones por el culo. Avisados estáis, que ir a
votar el día de Navidad con El Tamborilero de Raphael en la cabeza, tras la
resaca, no puede ser sano.
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