miércoles, 6 de febrero de 2013

MARCA ESPAÑA


Dentro de la “Marca España”, esa que se empeña el gobierno en difundir por el mundo, dando la impresión de que en este país no pasa nada, podemos añadir a su hipócrita empeño esta noticia que me ha llegado a través del correo electrónico de una buena amiga y compañera de baile. Podéis sumarla a todas las desfachateces que han perpetrado los políticos de turno en su vocación mesiánica de salvapatrias, mejor dicho, de su particular patria, la que componen ellos mismos, como zipis, y los poderes económicos como zapes. Bueno, se me olvidaba otro compañero de viaje de sus señorías: la iglesia, en su papel de mortadelo. Aquí os lo dejo, mientras recorro unos días la naturaleza buscando algo de paz y tranquilidad de espíritu.

DURANTE UN PROGRMA DE RADIO

“Hace unos días, el periodista de ABC Punto Radio, Melchor Miralles, en una entrevista telefónica al presidente de la Patronal Madrileña, Arturo Fernández, que a su vez es el concesionario de los servicios de restaurante del Senado, el Congreso de los Diputados y de la Asamblea de Madrid, le preguntaba cómo es posible poder dar menús a sus señorías por la ridícula cantidad de 3,55 €. El señor Fernández comenzó por negar la mayor, diciendo que no era cierto, que esa cantidad no era correcta, y que como cualquiera podía comprender, era imposible poder servir un menú por ese precio, con los gastos que ello conlleva de personal, etc., y poder obtener unos beneficios como cualquier otra empresa o negocio.
Lo que no sabía este señor es que el periodista tenía en la mano un tique en el que figuraba dicho importe, cosa que corroboraron el resto de tertulianos que le acompañaban. La respuesta del Sr. Fernández fue ceder, pero sólo a medias, diciendo: "- puede ser ese el precio, pero sólo de un plato, o medio menú. El menú completo cuesta más, como el de un restaurante normal y corriente". De nuevo el periodista volvió a insistir: "- en el tique que yo tengo pone: dos platos, postre, bebida y café”.
Ante esta aseveración, el presidente de la patronal, sin querer dar su brazo a torcer, respondió que no estaba al corriente del precio, que a pesar de ser él mismo el concesionario, no conocía el importe de los menús que se servían a sus señorías en los restaurantes de estas tres instituciones. Ante la perplejidad de los periodistas por esta respuesta, vino a decir que: “-de otra manera, su negocio sería una ruina, y por eso, esos servicios ESTAN SUBVENCIONADOS CON FONDOS PÚBLICOS”.
Nos hemos enterado, pues, que sus señorías, a pesar de cobrar suculentas dietas, que justifican en tener que vivir en una ciudad que no es la suya de residencia habitual, sólo pagan por sus comidas una tercera parte de lo que le cuesta el menú más barato a cualquier otro trabajador que tiene que mantenerse de su ajustado salario. Por otra parte, nos enteramos también de que le cuesta menos la comida a un senador o diputado de lo que paga cualquier escolar en Madrid por llevar su comida de casa en una fiambrera, y utilizar el comedor para comerla y el horno para calentarla, que paga 3,80 €. Huelga decir que estos niños son los que pertenecen a familias con menos recursos económicos y que han sido expulsados del sistema de comedor por la abusiva, grosera y, en el fondo, por la criminal decisión tomada por el Ministerio de Educación de incrementar las tarifas de dicho servicio en un sentido exclusivamente economicista. Educación de derechas, parece ser.
Nos hemos enterado, de paso, que a costa del dinero de todos, cuando una empresa es ruinosa, que vendiendo a precios por debajo del coste del servicio se podría ir a pique, es rescatada con los dineros de todos, incluidos de los que están en el paro, de los que no llegan a fin de mes, de los que tienen que hacer ingeniería financiera para repartir el sueldo de miseria que cobran al llegar el primero de cada mes. Ya conocemos el motivo por qué el anterior Presidente del gobierno, Sr. Zapatero, cuando le preguntaron en televisión por el precio de un café en un bar cualquiera, no supiera el importe. Si tenemos en cuenta que dos platos, postre, bebida y café valen para los “padres putativos de la patria” 3,55 €, el café sólo debe andar bastante por debajo de los 80 céntimos que este señor aseguró que costaba.
Es hora de decir basta a esta casta de privilegiados que sólo conocen la crisis por que han oído habla de ella. Es hora de decir basta ya a este rebaño de vividores del cuento, que se reservan para ellos unos derechos que les están siendo negados al resto de los ciudadanos. Es hora de decir basta ya a esta gente sin escrúpulos, sin cultura muchos de ellos, que solamente están donde están a base de intrigar en los comités provinciales de su partido y porque no ha existido la valentía suficiente para hacer listas abiertas, en definitiva, decir basta ya a estos sinvergüenzas, que están viviendo a costa de robar y quitar derechos a los demás, para crearse para sí mismos los derechos de pernada que les vienen en gana”.

2 comentarios:

  1. Esto no tiene un remedio pacífico. No entiendo el motivo por el que estamos aguantando, día a día, escándalo a escándalo, esta situación. Por si fuera poco, Arturito, parece ser, que paga una parte del salario a sus trabajadores en dinero "sucio" (¿Por qué "negro"? Si acaso marrón)

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    1. Esto tiene remedio. Bastaría con cambiar una Constitución caduca, una ley electoral sin actualizar, una ley de partidos tendenciosa por una nueva, una ley penal que comtemple la pena para la posible estafa de la acción política, que ahora no tiene castigo. Añadamos el reforzamiento de la Agencia Tributaria y la constitución de unos órganos judiciales independientes, etc, etc. Pero para eso se necesita que el ciudadano también asuma la resposabilidad de sus actos cuando llegan los procesos electorales. Este es un país, que a pesar de los años transcurridos, carece de toda tradición en el ejercicio de la democracia. Unos ciudadanos indolentes, que lo único que saben hacer es meter una papeleta, de forma mecánica, cada cuatro años. Pero yo creo que se puede arreglar. El caso es no parar hasta conseguirlo. Un saludo.

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