miércoles, 23 de mayo de 2012

PROPUESTA INOCENTE PARA UN CORRALITO ESPAÑOL


Supongo que todavía está en vuestra memoria, sino entrar en youtube, eso sí, con las medidas de protección musical adecuadas, la canción que se hizo famosa en toda España, allá por el verano del 2.006, titulada “opa, yo viazé un corrá”. Esta canción, de un tipo llamado el Koala, y que pertenece al grupo de canciones más tontas del mundo, resonó hasta el hartazgo en todas las emisoras de radio y programas de televisión, llegando incluso a realizarse una versión para el Mundial de futbol de Alemania del mismo año como reclamo para el aficionado. No me extraña que nos echaran a las primeras de cambio de dicho torneo. La verdad es que con semejante canción no nos tendrían que haber dejado participar. Por cutres y casposos.
En realidad, todo esto me ha venido a la memoria al escuchar las palabras del premio Nobel de economía Paul Robin Krugman, sobre la posibilidad, bastante probable, de la salida de grandes sumas de capitales con destino a Alemania, por mor de la debacle griega, en busca de refugio económico, con la consiguientes medidas de limitación de retirada de fondos en efectivo y controles para prohibir transferencias de depósitos fuera del país, lo que daría lugar a lo que se ha dado en llamar un “corralito”. Puede pareceros muy peregrina la relación entre el Koala y Paul R. Krugman o, simplemente, podéis pensar que tantas noticias sobre esta crisis están haciendo mella en uno, pero a continuación voy a intentar explicarme de la mejor forma posible. En el fondo creo que muchos estaréis de acuerdo con mi idea.
El koala relataba en la letra de su canción como iba a hacer un corral, el de toda la vida. A modo de arquitectura semántica, la letra de la canción realizaba la distribución del terreno en función de los “animalicos” que debían estar en dicho corral y así se iba llenando con una cochiquera, un gallinero, una conejera, jaulas para perdices, establos para caballos, vacas, cabras y todos los animales que se puedan imaginar. Parece ser que esa era su ilusión, que según está el tema del campo, ya es ilusión, y quería hacerlo a lo grande. Hoy estaría lleno de deudas y en manos de los bancos, como casi todos.
Pero nosotros, adelantándonos al posible corralito financiero que nos puedan imponer los políticos de turno, vamos a crear un corralito de “animalicos”, pero de dos patas. Para ello necesitaremos bastante más terreno que el Koala para su corral, pero en España lo que sobra son terrenos después del estallido de la burbuja inmobiliaria. Incluso el edificio lo podemos tener ya a medio construir viendo esas moles de esqueletos de hormigón que un día tuvieron al ilusión de poder ser viviendas. Con una redistribución adecuada de los espacios en galerías corridas, tendríamos bastante avanzado el proyecto. Elegiríamos un lugar alejado de los ciudadanos de a pie, solitario y en medio de la nada, esa nada en la que nos quieren dejar a nosotros.
Una vez con terreno y edificio, empezaría la distribución, asignándoles nuevos nombres a los diferentes espacios del corral. Tendríamos el del módulo I, destinado a los políticos corruptos, en el lugar del espacio destinado a los cerdos o marranos. Los gallineros los sustituiríamos por el módulo II, destinado a la continua palabrería gallinácea de cacareo de los integristas religiosos, que nos quieren imponer una visión única y parcial del mundo. El módulo III lo podríamos destinar a los políticos eternamente mediocres. Estaría en el lugar de las conejeras, ya que como los conejos, se reproducen masivamente en este país. Seguiríamos realizando módulos para los financieros y economistas culpables de avaricia y usura. Los juntaríamos en la misma galería con los empresarios esclavistas y defraudadores. Los establos para caballos los sustituiríamos por celdas de aislamiento donde irían a parar los huesos de los que conforman los llamados mercados financieros. No muy lejos estarían las agencias de calificación, corruptas de origen por su nacimiento. Banqueros ególatras, que juegan con el dinero del contribuyente, asignándose cuantiosas indemnizaciones y jubilaciones anticipadas, mientras sus bancos tienen que ser salvados con dinero público, formarían un nuevo edificio dentro del corral, junto con el Vater Central Europeo o Banco Central Europeo, como lo llaman ellos, el Fondo Monetario Internacional, etc. Este sería el módulo de presos muy peligrosos.
Esto es una aproximación no exhaustiva, admitiéndose nuevos módulos y galerías que conformen el edificio de nuestro corralito. No hay límite en el número de corralitos a construir. Serán tantos como los necesarios para dar cobijo a tanto salva patrias, que solamente están llevando el país al caos, mientras ellos nos hacen creer que buscan soluciones en desayunos, comidas y cenas de trabajo. Siempre con el estómago lleno.
Por último, propongo como nombre general, y como homenaje a una prisión mítica,  el de Nuevo Carabanchel. Pero que cada uno elija el que crea apropiado a su sueño.           

2 comentarios:

  1. ¿Y nosotros nos quedaríamos sin espacio en ese corralito?

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    1. José Carlos Gaitón Esteban26 de mayo de 2012, 17:51

      En realidad, no. Quién con tanta indiferencia asiste al triste espectáculo de como nos van arrinconanado despojándonos de nuestros derechos, irán al corralito de los pájaros bobos. Quién con su voto favoreció la llegada de todos aquellos que deberían estar en el corralito descrito en el texto, deberían ser sus compañeros de celda. Así el resto podría dedicarse a crear otra sociedad, que, aunque te sorprenda, es posible. Tanto tú, yo y el resto que se incluya en el que más se asemeje a su forma de ver el mundo.

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