Nos vamos haciendo
mayores, no cabe la menor duda. Pero una característica de hacerse mayor, por
lo menos en mi caso, es darse cuenta de la existencia, sino has tenido una
relación traumática con ellos, de unos edificios, los hospitales, que más
pronto que tarde deberemos utilizar dada la decadencia física que acompaña a la
edad madura. Recalco, siempre desde la perspectiva de alguien que no ha tenido
una relación habitual con ellos, por sí mismo o por allegados. Un relevante
ejemplo de nuestra sanidad gratuita y universal pero que, si no has hecho uso
de ellos, son como esos edificios extraños y llenos de libros para la mayoría
de discípulos de la ESO, que nada se les ha perdido en esos lugares.
Por una cuestión sanitaria familiar
no grave, he comenzado a visitarlos de forma más continua y, sin querer, siento
una necesidad de conocer sus entresijos, su funcionamiento, su distribución.
Conocer el lugar donde se ubican las distintas especialidades sanitarias que
algún día pudiera necesitar proporciona esa seguridad modal que hasta este
punto de mi vida no he necesitado trabajar. Incluso conocer como se distribuyen
esas especialidades entre los diversos hospitales existentes da un plus
innegable a la actuación que uno puede ejercer. Porque una vez dentro, uno se
da cuenta de que son un mundo es sí mismos con su rotación y traslación, su día
y su noche. Un microcosmos al que debemos adaptarnos si, por necesidad,
requiere que los habitemos.
Todos deberíamos pasar algún tiempo
conociendo el modelo. Hace ya algún tiempo que me acostumbré a esas esperas
desesperantes en los ambulatorios atestados de clientes, algunos de los cuales,
puedo aseverar, que están allí por no tener mejor cosa que hacer que visitar al
médico. Pero el microcosmos de las salas de espera en las consultas de los
especialistas en los hospitales es otra cosa más definible, más determinable en
su organización. Todo el mundo se mueve de forma natural en un mundo que, en
principio, no parece asimilable a ese concepto. Sus movimientos medidos, casi ritualizados,
como aprendidos en un manual de comportamiento hospitalario, convierten los
pasillos, las salas, los vestíbulos, en unas autopistas por las cuales circulan
de forma convincente profesionales y clientes sin parecer estorbarse unos a
otros. Mesura, discreción, prudencia y
espacio vital son requisitos mínimos para desenvolverse en este mundo
casi mágico en el cual están desterrados el grito, las estridencias y la
arrogancia, pues la propia dinámica del lugar te puede poner en tu sitio.
Incluso su interiorismo parece
alejado de la concepción rigurosa y espartana de aquellos hospitales antiguos
anclados en el sombrío augur de la parca. Hay luz y color, cosa que se
agradecerá dada las causas previstas para las visitas venideras y sus exteriores
muestran una arquitectura exenta del simbolismo médico más rancio y más cerca
del diseño urbano en el que se circunscribe. No es que con todo esto esté
haciendo proselitismo doliente y vayamos todos a ponernos enfermos para acudir
al templo vestal en formato festivalero, nada más lejos de mi intención que
crear una ruta de hospitales, ya sea bacaladera o en formato “todo incluido”,
que siempre hay quien coge el rábano por las hojas y crea una empresa de
eventos “rave medical”, sino que, de forma personal, he ido cayendo en la
cuenta de que, para alguien que no ha pisado un hospital de motu propio en su
vida, en este momento no le importaría tener más desenvoltura en este tipo de
sitios. Es como cuando entras en un recinto cerrado, ya sea una sala de
conciertos o un cine, para desenvolverse bien lo primero que hay que conocer es
donde está el baño.
Esta nueva perspectiva, sin duda proveniente del ocaso,
creo que debo completarla con una visita al totem en el cual nos reuniremos
todos. Un paseíto por el camposanto urbano hará que absorbamos su devenir, sus
reglas, y que nos desenvolvamos con el donaire y la galanura merecida al
acudir, ahora sí por una única vez, a nuestro entierro. Si os parece mucho
estudio para tan poca oportunidad de probarlo siempre quedará el asado.
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