miércoles, 12 de octubre de 2011

BAJO DUERO EXPRESS: CONEXION BIAR

Viernes, 31 de septiembre. Los integrantes de la Asociación Etnográfica Bajo Duero nos disponemos a realizar el último ensayo y dar los últimos retoques de chapa y pintura a la actuación que realizaremos al día siguiente “aquí cerca”: en Biar (Alicante). Nada extraño por otra parte ya que, sin proponérnoslo, hemos inventado una nueva forma de llevar la tradición de nuestra provincia a los lugares más lejanos: el folclore exprés. Como cualquier compañía de paquetería que se precie, aseguramos el envío dentro de las 24 horas siguientes. Ciudades como Málaga, Sevilla, Lisboa, etc, han sentido como el aguijón etnográfico del grupo Bajo Duero ha llegado, picado y desaparecido, dejándoles el deseo de haber tenido más tiempo. Pero así somos, rápidos como el viento. Eligieron la compañía más fiable del ranking de transportes etnográficos.
            Hay que decir que este tipo de viajes exprés nos hace subir la adrenalina y vamos poseídos por el espíritu de la diversión. Como siempre, tomamos unas cervecitas después del ensayo, no había prisa, ya que lo de ir a dormir unas horas se notaba que no entraba entre nuestros planes. Y en ese momento de euforia por los efectos de la pócima mágica, el núcleo duro decidió quedar para sumergirnos totalmente en el espíritu del viaje y empezar a disfrutar desde el primer momento. Así que nos encomendamos a mahou y bajamos con el tiempo justo de recoger el traje y eliminar líquidos no deseados.
            A las cuatro de la mañana del uno de octubre, veintiocho miembros del grupo subían al autobús que nos había de llevar a nuestro destino, no sin antes dar a conocer el viaje que íbamos a llevar a cabo a nuestros vecinos del local de ensayo y que así lo proclamaran a los cuatro vientos, ya que los medios de esta ciudad no se ocupan lo suficiente de nuestra gran labor de promoción del folclore. Eso vecinos tan comprensivos y que siempre saben, sin quererlo, cuando entramos y salimos. Les damos todas nuestras bendiciones.
            Ya estamos rumbo a Biar. Como no hay barco sin polizones, a nosotros nos colocaron dos por la cara y en nuestra cara. A veces parecemos una ONG del transporte. Con la lógica preocupación de a qué hora haríamos la primera parada, ya que la pócima mágica hace sus efectos de manera fulgurante, y este grupo siempre ha tenido gran preocupación en todos los viajes, fuimos tragando kilómetros al mismo tiempo que los más cansados, iban cayendo en los brazos de Morfeo. Para nuestra sorpresa, a las dos horas hicimos la primera parada, así que gran celebración por visitar el baño y primer desayuno de la mañana. Después de dar un rodeo por Badajoz, que es donde casi te lleva la M-50 para no entrar en Madrid, y coger todos los peajes habidos y por haber, a mayor gloria de las compañías concesionarias, atravesamos la estepa manchega hasta la segunda parada del viaje. Otra visita al baño para disipar temores y segundo desayuno de la mañana. Por bien alimentados no iba a quedar. Para entonces el autobús era ya un ir y venir de gente por el pasillo, conversaciones cruzadas de planes para la noche y comentarios varios. Y así, cerca de la una de la tarde, llegamos a Biar.
            Allí nos esperaban Joan Lluís y Ana, que se ocuparon de llevarnos a nuestra residencia, donde ¿dormiríamos? y comeríamos. Aquí hay que hacer un inciso: la organización de las habitaciones siempre ha sido divertida en este grupo. Se hicieron varias proposiciones no excluyentes: por matrimonios, por parejas asimiladas, por edad, por ganas de fiesta, por frecuencia de ronquidos y por intensidad de estos últimos. Un galimatías que siempre tiene final feliz, pero que cuesta encajar. Llegaron Manuel y Rodrigo, que los tenemos expatriados por ahí, y comenzamos una carrera contrarreloj en la que se descubre el significado de la expresión no tener un minuto de descanso. Visita por Biar, comida, visita bis, preparación de indumentaria, para terminar vestidos para la ocasión.
            Aquí hay que hacer un inciso. Durante la visita al museo etnográfico de Biar, Lolo y yo decidimos crear una comparsa de moros y cristianos. Evidentemente iremos de moros, ya que solamente nuestros cuerpos elegantes y altivos pueden portar los ricos trajes con que aquéllos se adornaban. Grupo restringido y con examen para entrar en él. Los demás serán nuestros cristianos. Del harán ya hablaremos.
            Gran actuación, vive Dios. Si el viaje a Biar era exprés, la duración de la actuación que había preparado nuestro presidente no fue precisamente corta. Fue lo más parecido a aquellos trenes correo que hacían paradas en todas las estaciones: nosotros paramos en todas las comarcas de Zamora. Pero a nosotros nos va la marcha y nos gusta, y por dejar el grupo y su tradición en el lugar que le corresponde, somos capaces de estar bailando toda la tarde. Así que con el deber cumplido y con las felicitaciones del público por nuestro quehacer, volvimos a la residencia para una ducha reparadora y cenar. Para entonces, algunos llevábamos más de 36 horas sin dormir, pero debe ser que con la mezcla de ganas de juerga con el baile tradicional puedes llegar hasta el infinito y más allá. Y como ya imaginareis, algunos y algunas llegaron, llegamos, vaya que lo hicimos. Alegría de vivir.
            Después de la cena, nuestros anfitriones nos tenían preparada una fiesta a la que nos sumamos con mucho gusto. Nuestros cuerpos estaban castigados pero con unos licorcitos preparados al efecto y unas “pilas” de la marca Alhambra, no cabe duda que nos nombrará embajadores de honor, nos vinimos arriba y entre pitos y flautas estuvimos bailando hasta las cinco de la mañana. Dos actuaciones en una. De nada, un placer. Con la división de habitaciones que tanto nos había costado conseguir nos fuimos a la cama a intentar conciliar el sueño durante las pocas horas que quedaban hasta el amanecer.
            La mañana del domingo la abrió Lolo con sus espectaculares madrugadas, esta vez aderezada con unas ardillas que deben madrugar tanto como él, y que le hicieron compañía. Algunos la dedicamos, otros se vinieron abajo con excusas de “BAR”, a visitar el castillo de Biar. Después del trajín del día anterior, para despejar la empanada mental, nada mejor que meterse para el cuerpo diez minutos de empinada cuesta muy semejante al Angliru. O por lo menos a mí me lo pareció. Se te quita la tontería de tal manera que no necesitas ninguna pastilla para el dolor de cabeza. Pero mereció la pena. Al bajar recargamos “pilas”, no tenemos remedio, en el bar del pueblo, nos despedimos de Manuel y Rodrigo y sin solución de continuidad, vuelta para Zamora. De camino, buscando un lugar donde comer, casi merendamos. Pero nos salvó el conductor que encontró “su” sitio y así pudimos darle gusto al cuerpo. Pero este viaje nos tenía preparada otra sorpresa. Aunque no era martes, ¡¡¡había mercadillo!!! Nos dimos cuenta cuando, entre voces y risas, empezaron a volar por los aires calcetines, vestidos y polos que había en una gran caja de cartón, dentro del bar donde hicimos la segunda parada: Grandes Almacenes El Gasolinero Feliz. Predisposición a la fiesta que no falte. Y así, como si viniéramos de una excursión a los mercadillos portugueses, llegamos a Zamora. Dos destinos en uno.
            Viaje duro pero divertido. Estamos acostumbrados y nos gusta el folclore de nuestra provincia y darlo a conocer. Así que ya estamos preparados para la siguiente salida. ¿Quiénes serán los agraciados con la nueva picadura?
            P.D. Agradecer a Joan Lluís, Ana y todas las personas que estuvieron siempre pendientes de nosotros.  

4 comentarios:

  1. Muy buen resumen de este fántastico viaje. Lo del mercadillo del gasolinero feliz ha sacado una carcajada a una de las "parejas asimiladas" (jajajaja solo de imáginarlo me parto de risa). Si no fuera por estos grandes momentos, a la vida le faltaría una gran dosis de sal. Gracias por recordarnos estos momentos. Estos momentos que los espíritus danzantes vivimos entre manteos y fajas, mantas y almohadas, ronquidos y autobus, y alguna que otra canción dedicada al chandal....
    ¡¡¡Que se repita pronto, por favor!!!!

    Noelia

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  2. En ocasiones, cuando pienso en vosotros, digo: cuánto echo de menos estos viajes. Tal y como lo narras es así!.. es verídico. gracias Carlos por hacerme revivir emociones, risas, alegrias, fiestas, diversiones... pasadas!!! Ha salido a la luz todo.. gracias. Me alegro de venir de donde vengo. Y tu narrativa descriptiva es perfecta. Es fiel a ti mismo. :) Me he reido mucho, sobretodo con el reparto de habitaciones y con las ganas de encontrar hueco para desalojar fluidos... ejjejej.... es genial. Gracias de nuevo. besos para todos!

    Pedro Semura

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  3. Y que sigamos aguijoneando!!

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  4. Llego con retraso a leer esto, pero es casi mejor recordarlo pasados casi 2 años.
    Buen viaje, aunque me lo pasara con fiebre y tos.
    Estupendo el resumen, ¡¡dan ganas de más!!
    Besos, Alquimista

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