Después de unas entradas algo
intimistas, emocionales y “casi” personales, el baúl de sentimientos sobre el
que se asienta la vida ha quedado vacío. Ya no sale la palabra fluida y los
pensamientos se niegan a surgir. Se necesita una reconstrucción integral y
volver a sentir de nuevo. Para engañar al tiempo que ha de pasar, haremos un
ejercicio irónico, sobre la ciudad en la que vivimos. A fin de cuentas la
ciudad va en uno mismo, forma parte de cada uno y casi es como hablar de una
emoción. No es igual, pero lo parece.

(FABULACION)
Como parte de la programación
estival, ha sido presentada en rueda de prensa por los altos dignatarios de
esta ciudad, la segunda fase del Festival DISFRAZAMORA. Como se sabe, este
Festival consta de tres fases:
1º
fase: la invisibilidad del individuo. Ejercicio místico anual con promesa de
silencio incluida.
2º
fase: la invisibilidad de la ciudad.
3º
fase: la oscuridad.
La
primera fase se desarrolló en la segunda quincena del mes de abril. Se
consiguió con gran éxito de participación, que miles de personas lograran
permanecer invisibles a los ojos de los demás. En éxtasis colectivo, la gente
iba difuminando su contorno bajo atuendos que se mimetizaban con el entorno
gris y decadente de muchas de las calles de la ciudad.
En
esta segunda fase, el objetivo es hacer invisible lo real del entramado urbano
a través de grandes fotografías que simulen una ciudad que ya no existe. Con
ello se conseguirá que los visitantes se sientan como actores en un escenario
teatral, al mismo tiempo que la ciudad se difumina y desaparece entre
bambalinas.
En
la tercera fase, que se celebrará entre septiembre y octubre, llegaremos a la
invisibilidad total, al sumar a los individuos de la primera fase y los
edificios de la segunda, el resto de personas que deben de irse por trabajo,
estudios y los pocos turistas que queden. Si el experimento tiene éxito, al
mirar el mapa de España, en el lugar que ocupaba la ciudad de Zamora, habrá un
vacío, un hueco sin cubrir. Y habremos, nunca mejor dicho, muerto de éxito. El
primer y único éxito.
No
sé. Deber ser que tengo ganas de bronca. Será el tiempo.
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