Señor Rajoy, Presidente del gobierno
en funciones:
Leo
en las noticias que, por fin, han reconocido ante Bruselas que la llamada
“hucha de las pensiones” está bajo mínimos y que solamente le queda un año,
como máximo, para cumplir su cometido. Eso, y usted bien lo sabe, ya lo
conocíamos los ciudadanos de este país, menos, claro está, los que le siguen
votando prietas las filas sin enterarse de nada, y por ello no nos coge de
sorpresa sino que nos produce verdadera vergüenza el haber sido tan contemplativos
con unos políticos, los de su ralea, capaces de saquear el dinero del bien
común para beneficiar de nuevo a los poderes económicos, verdaderos amos del
entramado mafioso en el que se mueven usted y su gobierno, de los cuales no son
más que mamporreros bien pagados.
Porque
el vaciado de la tal llamada hucha no es más que la descapitalización pura y
dura de lo público en su vertiente, esta vez, social. Es el traspaso de
funciones y presupuestos hacia el sector privado, aves de rapiña de su propio
beneficio, ya que, no me lo va a negar, esa es la meta que se propusieron
cuando comenzaron con el desvalijado del fondo de pensiones: desplumar la
bolsa, proclamar a continuación su inviabilidad y privatizar el servicio como
solución. Un autentico manual de liberalismo salvaje y antisocial que ustedes
han ejecutado a la perfección. Debo reconocer que la situación estaba “a
huevo”, con un rescate que devolver y unas cuentas presupuestarias que cuadrar
por mandato europeo, era la solución era fácil y cómoda: saco el dinero
destinado a las jubilaciones, capeo el temporal y quedo bien ante mis colegas
europeos y luego ya veremos cómo salimos de ésta. ¡Truhán, que eres un truhan!
Para
ello, bien es verdad, contaste de antemano con el borreguismo que reina, en
cuestión electoral, en este país, votantes alejados de sus propios actos como
electores que todavía creen, casi todos son católicos, que el hecho de
introducir una papeleta de un partido político en concreto en la urna es
solamente un acto de celebración de la democracia y que, en realidad, no va a
traer consecuencias más allá del mero trámite. ¡Así está la cultura democrática
en este país de ignorantes electorales! Pero usted bien sabe de lo que hablo y
bien que lo ha utilizado. Esgrimiendo la demagogia y el miedo ante lo nuevo, el
espectro electoral español todavía está veteado de conservadurismo en distintos
grados, reminiscencias de otro tiempo, ha conseguido seguir en la brecha a
pesar del descalabro social y económico en el que ha sumido al país, en realidad
a sus ciudadanos de a pie, que las clases privilegiadas han visto como su
estatus iba creciendo inversamente proporcional al número de personas sin
recursos.
Se
acuerda de aquella expresión tan añeja que decía: “si gobiernan los rojos te
quitarán las pensiones”. ¡Qué tiempos aquellos! Resulta curioso comprobar que,
siendo usted tan de derechas, va a ser el que termine con ellas, lo que
confirma de nuevo aquella moraleja del cuento del pastor de ovejas, que de
tanto engañar a sus vecinos, al final vio que, cuando vino el lobo de verdad,
nadie acudió a socorrerle. Así le va a pasar a tanto pensionista puesto al sol.
Eso, o que, en realidad, sea usted la izquierda subyacente, subterránea, ahora
que la Gran Susana, gurú impostor y golpista del PSOE, se ha dado la vuelta
como un calcetín y gobierna en Andalucía con C’s (derecha, derecha) y pretende
darle de nuevo la gobernabilidad del país a usted absteniéndose en la votación
de investidura. ¡Qué gran bacanal ideológica debió ser el congreso de Suressnes
para que el PSOE haya llegado a tamaña descomposición y degradación ética!
Pero,
señor Rajoy, en todo caso ¿qué? ¿Cómo se va a cuadrar este nuevo ajuste?
Seguramente volverá a congelar el sueldo a los funcionarios o les dejará sin
paga extraordinaria, congelará de nuevo las prestaciones a nuestros
pensionistas, subirá el iva y los servicios básicos sociales, etc, dado que en
su imaginario particular y político son los grandes causantes del estropicio y
no su incapacidad, su ineptitud y su servilismo con el poder económico el que
nos ha llevado hasta esta situación. De verdad, señor Rajoy, su estulticia
política será estudiada en los siglos venideros en las Universidades Públicas
como forma de gobierno tóxica, insana, insalubre y perniciosa para el entramado
social de un país que desee ser ético e instalado en el bien público. El
armazón de su partido, auténtica estructura gansteril y mafiosa, la cual ha
conseguido desestructurar las propias bases sobre las que se asienta el estado
e imputado en causa penal, primera vez en la historia de España, y su segunda
fila financiera, sentada en el banquillo de los acusados por múltiples delitos
contra el erario público, no son más que el auténtico rostro de su quehacer
diario, ponzoñoso ritual de cómo joder al más pobre.
Aunque
le parezca dura mi exposición, me la suda, con sus ajustes no puedo permitirme
ir al psicólogo para desahogarme, aunque quizás lo mejor sería que fuera usted
y eso que me ahorraría y nos ahorraríamos todos los ciudadanos.
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