Aún
cuando el sistema democrático posee los mecanismos legales para el cambio de
signo político en la forma de gobierno sin agotar la legislatura, no estaría de
más que, aprovechando el cambio de normativa propuesta por el gobierno del
Partido Popular en la aplicación de los expedientes de regulación de empleo,
E.R.E.s, se pudieran aplicar estos últimos en la dinámica política. Con el
empleo de la figura de la Iniciativa Legislativa Popular, un número de firmas
suficientes debiera bastar para el inicio del expediente regulatorio que
pudiera desembocar en un cambio de gobierno sin concluir la legislatura. Un
E.R.E. político extintivo.
Es
indudable que se puede invertir el signo político de un gobierno mediante el
cambio de alianzas entre los partidos políticos del arco parlamentario, pero no
es menos cierto que esto solamente se puede producir en los casos en los que no
existe mayoría absoluta. Igualmente cabe el razonamiento para la moción de
censura. Sin hablar de los propios intereses partidistas, que en la mayoría de
los casos impiden reflejar el verdadero sentir de los ciudadanos, su dinamismo
y tendencia, expresado a través de la infinidad de medios de difusión puestos a su
alcance y, especialmente, en la calle.
El periodo de cuatro años normalizado en el sistema político
democrático, se ha convertido en el actual caso español en un secuestro de la
libertad social y personal de los ciudadanos, estafados por un partido político
que llegó al poder con el mayor programa electoral de mentiras de la democracia
española, como se ha encargado de demostrar con la mayor caradura posible desde
su investidura. Con esta posibilidad se devolvería al ciudadano parte del
mandato soberano regido en la Constitución de que la soberanía reside en el
pueblo y se estaría más cerca del ideal de gobierno en función de los objetivos
de futuro de la mayoría. Los programas electorales dejaría de ser papel mojado
ante la posibilidad cierta de su inculpación criminal contra el pueblo por
incumplimiento.
El
hecho cierto es que con la nueva normativa cualquier empresa puede despedir a
sus trabajadores por el mero hecho de enlazar una bajada de beneficios en un periodo estimado.
Nada cuenta que esa misma empresa haya tenido grandes beneficios en los meses
anteriores o lo pueda tener en el futuro. Beneficios que en los tiempos de bonanza no repercuten en los
trabajadores, solamente en los directivos. Este
cambio de normativa supone su aplicación a la Administración del Estado y del
conjunto de la CC.AA. Al personal laboral de las mismas se le puede aplicar un
expediente de regulación del empleo en el caso de que la administración a la
que pertenecen reciba un 10% menos de las transferencias de capital que recibe del Estado. Y
esto supone una perversión del mandato público, además de la posibilidad de su
manipulación para el despido de sus trabajadores. Basta con un acuerdo del
gobierno de de la nación con las autonomías del mismo signo político para que
se produzca este hecho y estas últimas tengan el motivo para proceder con
dichos expedientes. Y es perversión porque los funcionarios y laborales de la
administración no pertenecen a ninguna empresa privada sino que son los
garantes de la estabilidad y continuismo administrativo independientemente del
partido político que gobierne. Su estabilidad supone la estabilidad
administrativa ante los vaivenes de la política. Son los garantes de que se
cumplan las leyes ante las peticiones de fraude y estafa que los políticos
emplean en su particular forma de gobernar. Y esto es algo que debe aprender el
conjunto de los ciudadanos: la administración pública no es el gobierno de
turno, ni le pertenece. Es neutral.
A
nadie le cabría en la cabeza que el gobierno aplicara un expediente de
regulación de empleo en la policía porque no ha equilibrado el Ministerio del
Interior sus cuentas, despidiendo a parte de su plantilla y dejando sin
seguridad al conjunto de los españoles. Es absurdo y criminal. Salvo que ese
mismo gobierno esté facilitando la privatización de la seguridad nacional con
el fin de favorecer al sector privado amigo en pago de no se sabe que favores.
Como ejemplo puede valer la privatización de la eléctrica pública Endesa por
parte del gobierno de Aznar y su posterior contratación una vez privatizada. De
libro.
Pero
a la política y a los políticos si cabe aplicar el expediente de regulación de
empleo. Y a este gobierno mentiroso más. ¿Por qué no? Si el mandato de un
gobierno es el de procurar el beneficio y progreso de sus ciudadanos,
incrementar su nivel económico y educativo, procurar el descanso de los que han
participado en el tejido productivo, procurar cobertura sanitaria y social para
todos y especialmente para los menos favorecidos, etc, está claro que en los
meses que llevamos de legislatura popular no se han cumplido ninguno de los
mandatos del buen gobierno. Al contrario, se ha quebrado el tejido económico y
social produciéndose una brecha, que se agranda cada vez más, entre ricos y
pobres. La situación del país es peor cada día ante la ineficacia de un
gobierno títere del poder económico nacional y de los mercados internacionales.
Un gobierno inepto e incapaz que mira hacia otro lado ante las demandas
legítimas de los ciudadanos.
Por
tanto es lícito presentar un E.R.E. extintivo de la relación laboral contraída
por los miembros de este gobierno con el conjunto de la sociedad, constituida
en empresa nacional, ante el descuadre de la cuentas de la ética y la
honestidad que todo gobierno debe preservar. Este es incapaz de ello.
El pueblo no deberia temer a sus gobernantes, son los gobenantes los que deberian temer al pueblo. De la peli " V " de vendetta
ResponderEliminarUn beso.