jueves, 7 de abril de 2011

¿QUIERE SER ZAMORA UNA CIUDAD TURISTICA?


Como preámbulo a la época que se nos avecina, poco a poco todos los actos cotidianos se han ido empapando de un barniz semanasantero, que por mucho que uno lo intente,  es imposible  evitar. A la polémica recurrente sobre el papel de la mujer en la Semana Santa, parece mentira que estemos en el siglo XXI, que aparece a principios de año y muere siempre cuando se acerca la fecha del primer desfile procesional, el tema de las bandas de música con el conflicto subyacente entre las cofradías con mayor número de pasos y las llamadas pequeñas, etc., este año se añade un conflicto lateral, pero de mucho calado: que el 23 de abril, día de la Comunidad, cae en Sábado Santo. Esto produce un puente de cuatro días festivos sin que los comercios puedan abrir sus puertas.

En los diversos medios de comunicación han ido apareciendo sucesivas noticias sobre las negociaciones llevadas a cabo entre los empresarios y los sindicatos que pudieran posibilitar la apertura de los comercios el día 23 de abril. Supongo que todos tienen algo de razón y ninguno está en posesión de toda la verdad. Parece ser que los sindicatos han vinculado la posibilidad de apertura a la negociación de los convenios colectivos en los distintos ramos y empresas. Los empresarios por su parte no aceptan esta condición a priori para sentarse a negociar. La  Administración, con esa sensibilidad que le caracteriza, amenaza con inspecciones de trabajo y multas a los comercios que por su cuenta abran dicho día, y la cúpula empresarial ya se lo ha hecho saber a sus asociados.

El que haya cuatro días festivos supone para Zamora una posible afluencia de turistas muy significativa, si el tiempo lo permite. Zamora lleva ya unos años intentando posicionarse en el mercado de ciudades turísticas ofreciendo al viajero su románico, su modernismo, sus paisajes y naturaleza, su gastronomía y, cómo no, su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional. No lo olvidemos. Siempre se ha dicho que la ciudad triplica su población durante estas fechas, y por tanto es una oportunidad de negocio básica para la economía local. Todos hemos sido turistas alguna vez y nos gusta que cuando estamos en cualquier ciudad, ésta nos ponga al alcance de la mano todas las ofertas que promociona.

 Si Zamora quiere vivir del turismo tendrá que cambiar su mentalidad, sobre todo los actores arriba mencionados, adecuando su estructura económica y productiva al ritmo del sector turístico. No es posible vivir del turismo dando a entender a los que llegan que si quieren hacer alguna compra deberán esperar hasta el lunes. Para que nos entendamos: la gente que viaja, trabaja de lunes a viernes y viaja el fin de semana y los festivos. Pues bien, nosotros tendremos que trabajar esos días. Para esta ciudad también los días festivos son de trabajo. Imaginaros todos los comercios abiertos, de ropa, zapatos, de alimentación, etc. Y miles de posibles clientes paseando por la ciudad. Creo que es un error lo que va a pasar en Zamora. Salvo que alguien me razone que Zamora no necesita al turismo porque tiene grandes industrias que absorben toda la mano de obra posible.

Y ya no solo es la Semana Santa. La próxima apertura de un campo de golf en la ciudad, el nuevo teatro Ramos Carrión, que posibilitará la escenificación de grandes obras y conciertos, pueden atraer a un turismo de calidad que necesita que todos los servicios estén a su disposición las 24 horas del día, los 7 días de la semana y por tanto Zamora, de una vez por todas, debe de afrontar este hecho cuanto antes mejor. Y todos los partidos políticos deben remar en este sentido.

Y para los ciudadanos en general, y aunque sería otro tema a tratar, este ejemplo paralelo: a que nos gusta llegar a una ciudad nueva, buscar un aparcamiento subterráneo y dejar el coche en el centro para andar lo menos  posible. Pues eso. Eso hay que ofrecer, exactamente lo mismo que exigimos. 

Un saludo.     

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