miércoles, 16 de febrero de 2011

OTRA FORMA DE CORREO BASURA

En esta era de avances tecnológicos constantes, una de las facetas más demandadas, y básicas, cuando se contrata Internet son los programas que impiden que penetren los distintos tipos de virus, así como los correos basura o spam, y que con ello nos impidan una correcta utilización de nuestro ordenador. Puede ser que entre éstos últimos haya alguno que nos aporte alguna información de utilidad, la publicidad en si no es intrínsicamente mala, pero normalmente no dejan de ser una colección de tonterías a mayor gloria del incapacitado mental que las remite. En la cuestión de los virus no voy a entrar ya que tendría que utilizar adjetivos no consecuentes con el estilo de este blog. Ya me entendéis.
Pero de lo que quiero hablar realmente es del spam o correo basura. Cuando tenemos todas las herramientas para no recibir ninguno de estos correos en nuestro ordenador, resulta que por el canal tradicional del correo ordinario se nos cuelan en el buzón a lo largo del año cientos de panfletos de las más variadas cataduras. Lo mismo te ofrecen un cerrajero full time que la salvación de tu alma en “la Iglesia de la Regeneración Espiritual a través del Donativo Ejemplar”. Igualmente aparecen en tu buzón cientos de hojas publicitarias poniendo a tu disposición el último grito en colchones o la última novedad en comida rápida. Si el spam sabemos que llega a través de la red informática creada por Internet, este tipo de correo llega a través de unos personajes singulares que podríamos denominar repartidoresspam. Si sales de casa y los ves desplegarse en verdadera formación militar de combate por tu barrio, debes prepararte para cuando vuelvas a casa.
Llega a ser molesto, por no decir insufrible, que todos los días el buzón esté lleno de este tipo de publicidad. Pero es que además son los mismos panfletos que sacaste del buzón el día anterior. Y el anterior. Y el anterior. ¡Joder, y también el anterior! Los introducen por triplicado ejemplar como si la insistencia y el número pudieran quebrar la voluntad del destinatario y éste fuera a salir corriendo comprando todo lo que le muestran en ellos.
Como con el spam electrónico, hay que prepararse para la guerra y así la primera medida que tomas es acudir a la advertencia legal. Existe un Decreto que establece la prohibición de depositar en los buzones de correos publicidad si así lo deciden los vecinos. Pones un cartel en la puerta del portal y un buzón exterior para este tipo de publicidad. Ya está solucionado.
Primer error. Para que esto funcionara dichas personas, como buenos ciudadanos, acatarían la ley y haciendo caso del cartel expuesto, dejarían su mercancía en el citado buzón. Pero como suele ser habitual en la mayoría de  nosotros, se pasan la ley por el forro de sus caprichos y piensan que el cumplimiento de la misma es para los demás, que con ellos no va.
Segundo error. La puerta del portal debería estar siempre cerrada. Pero siempre hay algún vecino que cree que lo del portero automático es algo de seres de otro planeta y no una medida de seguridad en los tiempos que corren, y prefieren dejarla abierta por no sacar la llave cada vez que entran en casa. Ellos, los repartidoresspam, lo saben y por esa grieta en la seguridad se cuelan para introducir su mercancía sin que tengan que mostrarse lo más mínimo.
Tercer error. Esta gente utiliza un truco que no por sencillo resulta menos eficaz. Llegan al portal objeto de su asalto y empiezan a llamar a varios timbres. En cuanto algún vecino contesta ellos recitan la palabra mágica: correos. Y así suplantando a los verdaderos trabajadores de Correos, los carteros, se cuelan en la fortaleza y dejan otra vez su mercancía habitual. Eso cuando no pasa que algún vecino confiado abre la puerta sin preguntar. Hay de todo.
Cuarto error. Así como los virus informáticos se enmascaran en multitud de formas que engañan al que los recibe y funcionan como aliados sin saberlo multiplicando su efecto, los repartidoresspam tienen aliados dentro del mismo edificio. Son esos vecinos que sin ser vistos introducen la publicidad desde el buzón exterior al portal y la dejan en el suelo. Piensan que tenemos la obligación de leer lo que pone y así cuando llegas del trabajo y ves el suelo lleno de papeles, picas, y los coges para reciclarlos. Pero craso error, estas perdido. Sin querer subes en el ascensor leyéndolos. Otra vez han conseguido su objetivo. Hay otros vecinos que creen que si ellos han sido vencidos los demás debemos sufrir la misma suerte y en vez de tirar los dichosos papeles a la basura, cuando bajan de nuevo al portal los introducen en los buzones de los demás. El virus se multiplica, desaparece y vuelve a aparecer en un bucle sin fin.

Tampoco quiero ser muy ácido. Tengo mucho respeto por la gente que se gana la vida como repartidores de publicidad,  pero, por favor, no vengan tan a menudo. Dejen pasar un tiempo prudencial para que asimilemos la información y sobre todo, todo, dejen solo un papel. La información es la misma y si con menos papeles se puede hacer, eso lo ganará el medio ambiente. Porque esa es otra. ¿Cuánta madera se necesita para la ingente cantidad de papel publicitario que se introduce en los buzones y que acaba en la basura? No deberían las empresas anunciantes pagar algún tipo de ecotasa por eso.

Espero vuestros comentarios. Un saludo.

1 comentario:

  1. Estoy 100% de acuerdo contigo.
    Aunque yo conozco otro tipo de personaje que debe ser enemigo de las empresas publicitarias o tiene manía a todos los vecinos y busca la que el cree es la peor manera de hacerles daño, o que en lugar de quejarse directamente pasa a la acción, eliminando del buzón exterior la publicidad que un repartidoresspam, que sí cumple la ley, ha dejado apenas un minuto atrás mientras él, agazapado desde dentro de la fortaleza, lo observa realizar su trabajo. En cuanto el repartidoresspam se va para continuar con su labor el personaje al que en este caso llamaremos el Robin Hood de la publicidad , recoge todos los folletos y los tira directamente al contenedor habilitado para albergar los residuos orgánicos. Pensará este pobre Robin que hace un gran favor a sus vecinos, pero desde aqui le dire que deje los panfletos en el buzón exterior hasta que los pocos que nos entretenemos leyendo y mirando dicha publicidad decidamos que folletos coger y cuales dejar. Entonces y solo entonces, amigo Robin, usted podrá tirar dichos panfletos pero eso si ,por favor, tírelos al contenedor de papel, que como bien dice nuestro amigo Carlos, no estropeemos más a nuestra querida naturaleza.
    Y si, me gusta la publicidad, bueno más bien me gusta poder elegir del buzón exterior, que publicidad subo a mi casa y cual dejo para nuestro querido Robin. Eso si, siempre que me deja ,claro.

    Un saludo mariscal, y sigue entreteniéndonos!!!!!
    Noe

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